lunes, 5 de julio de 2010

PUERTO MONTT Y SU ANTROPOFAGIA



Se perdió una gran oportunidad y la palabra de las autoridades quedó en entredicho


El Gobierno Regional de Los Lagos encabezado por su Presidente, que a la vez es el Intendente Regional, tendrá que dirimir en un futuro cercano, acerca de la construcción del Centro de Entrenamiento del Cuerpo de Bomberos en nuestra ciudad, o en Puerto Montt, nuestro Santiago chico.

Su decisión, cualquiera sea, no pasará inadvertida. Constituirá a nuestro juicio, la mejor evidencia de imparcialidad, y también de la forma de comprender a un Estado moderno y a sus regiones. Tal como decía el Padre, tienen la oportunidad de no volar como aves de corral cuando pueden hacerlo como águilas.

Si pues, porque de eso se trata.

De tomar decisiones y con ello orientar verdaderamente el futuro de nuestra administración regional. Esto marcará su gestión y por ello no sirven la medida inglesa, las decisiones salomónicas o los gallos y medianoches.

La historia de los últimos 36 años en nuestra región, ha demostrado de manera sostenida, que al momento de las definiciones de inversión sobre las distintas materias públicas, se ha terminado privilegiando o a nuestra flamante capital regional, o en su defecto, a la otrora quejumbrosa Valdivia.

Ya se fue una, esperamos llegar a acuerdo con la otra.

Y en esto no hay dos opiniones. Puerto Montt se parece cada vez más al Santiago que criticamos.

Tiene el síndrome de la capital todopoderosa, de la capital del reino. Aquella que se puede equivocar en mil millones de dólares implementando un sistema de transporte público y no es capaz de invertir en el puente del Canal de Chacao, que ciertamente, le cambiaría la vida a cientos de compatriotas que podrían optar al desarrollo en igualdad de condiciones.

Este Puerto Montt que no nos gusta, también concentra los poderes políticos, técnicos y económicos de la administración pública, pues en vez de distribuirlo de norte a sur, lo distribuye en oficinas del mismo edificio. Curiosamente ubicado en Av. Décima Región, seguramente para no olvidarse que esta región sostiene su Olimpo.

Este Santiagontt tiene la legítima pretensión de validarse como capital regional, materia aún pendiente transcurridas más de tres décadas desde su creación.

No debe constituir mucho orgullo que una región que nació como una de las más importantes del país, no sólo por su extenso territorio, sino que también por su cultura, innovación, ciencia, ganadería, agricultura, comercio, turismo, actividades financieras y un largo etcétera que aportamos principalmente los que vivimos al norte del peaje a Chiloé, hoy en día se haya dividido y mañana, bueno, mañana no sabemos.

Decir que este tipo de capitales urbanas fagocitan a sus pares, sería mucha desproporción, porque no nos miran como pares, sólo por eso.

Hablar de los méritos de nuestros bomberos resulta casi un despropósito a estas alturas, una falta de respeto para ellos y para los voluntarios de Puerto Montt. Pero definitivamente, no se merecen estar a la suerte de la tómbola.

Hoy hablamos de Osorno, de nuestra tierra y de nuestra gente.
Hablamos de lo que requiere nuestra ciudad y nuestra provincia. De lo que podemos dar y de lo mínimo que podemos exigir.
Centramos nuestra dedicación en cuestiones objetivas, sustanciales para la etapa de desarrollo que entre todos hemos construido.

No nos perdemos en cuestiones menores, ni subjetivas, ni artificiales como las levantadas por nuestros diputados con respecto a la división de la comuna.

Hay que sintonizar y dejar de pisar las nubes.

Se trata participar en definiciones que aportan a democratizar nuestro rol ciudadano, a empoderarnos verdaderamente en la discusión y en las propuestas.
Acá no sirve el derecho adquirido, la famosa orden de Santiago o la retórica populista de un político de aquellos.

Definitivamente no pasará inadvertida la decisión que se tome.

De eso sí estamos seguros y es bueno que lo sepan.

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