lunes, 6 de septiembre de 2010

RAHUE DA LECCIONES: ¿SERÁN CAPACES DE APRENDERLAS?


El estado de este importante sector de la ciudad, se lo debemos a la inexistencia
de políticas equilibradas de desarrollo, y a la miopía política de los llamados a
liderar iniciativas que favorezcan su progreso

Vox Populi Vox Dei.

Aunque imaginárselo pueda resultar aterrador y hasta pornográfico, metafóricamente los políticos locales quedaron al desnudo.

Nunca fue cuestión de razón sino que siempre de intereses electorales, y por supuesto, de temor. Ese temor profundo que tienen en los momentos que se requiere de un pronunciamiento claro, de tomar decisiones, de hacer valer sus principios. Temen el castigo de los electores, aparecer siendo impopulares, exponerse al juicio de los ciudadanos, en definitiva, perder los votos que por demasiados años ya, les han servido de plataforma.

Mi impresión es que la Concertación dio por perdida -al menos desde hace dos periodos- la Alcaldía de Osorno. Este fue el escenario que tuvieron presente sus políticos para impulsar la división comunal y con ello, asegurar la votación necesaria para continuar su ya larga trayectoria.

Por su parte la Alianza tampoco quiso quedarse impasible frente a este hecho y nuevamente sumándose a una pésima idea, hipotecaron su credibilidad política.
Sea cual fuera la tesis que los impulsó, el domingo 5 de septiembre el pueblo de Osorno les respondió fuerte y claro.

¿Serán capaces de aprender tamaña lección de civilidad o seguirán esgrimiendo argumentos ofensivos contra esta clara posición?
¿Qué clase de representantes tenemos en Osorno que no nos representan?
¿Qué clase de políticos o políticos de qué clase, son aquellos que no dan pie con bola?

A esta altura, los osorninos debemos tomar la ofensiva y empezar a señalarles la puerta de salida.
Ya no importan los discursos rimbombantes o la letra chica que dejaron por ahí como para demostrar cierta equidistancia frente a la creación de Rahue comuna: eso sólo se llama ambigüedad.

Osorno es más que un territorio, es más que una entidad administrativa, es más que un escenario de ingeniería política.

Los votos somos personas, las calles somos familias, en sus plazas han crecido generaciones, en sus escuelas y liceos se han sembrado sueños. Somos todavía, una pequeña nación que construye un futuro que ya se lo quisieran muchos y en el cual, no caben políticos que no sientan impregnada en su piel esta pasión.

Hoy día no hay ambivalencias: este proyecto que nació con profundos errores aún en el propio mensaje presidencial que nos hace aparecer como una comuna de 220 mil habitantes, no puede continuar su tramitación legal.

Nuestros parlamentarios tienen ahora un mandato popular preciso, como nunca antes lo tuvieron: este rotundo fracaso en el que tanto empeño pusieron y tanto tiempo dedicaron, tiene un solo camino para ellos, el de realizar todas las gestiones tendientes a abortar el proceso legislativo que dividía el alma y el corazón de nuestro Osorno.

Por su parte, nuestra comunidad tiene hoy la tremenda oportunidad de establecer la verdadera agenda de desarrollo de nuestra ciudad que deberá contener, el cómo se establecerán las bases que permitan asegurar igualdad, equidad, proporcionalidad y participación en la conducción de nuestro destino comunal, distrital y Dios mediante, en la futura circunscripción senatorial.

A partir de ahora las prioridades deben instalarlas los ciudadanos y no 4 políticos que ya son un clásico en materia de consultas ciudadanas: ya sabemos que para ganar hay que apostar diferente de ellos.

Al menos en eso –perder- han mostrado una consecuencia a toda prueba.